Hoy continuaremos con la misma dinámica del día anterior. Ayer conseguimos encontrar el camino en fabricar lugares de inmersión, y hoy vamos a retomarlo, pero en un formato de papel mayor, en A1.
Buscamos la profundidad y la transparencia. La profundidad se puede obtener de muchas formas, pero nosotros nos vamos a centrar en la disposición de los recintos y en la luz, que, junto con la transparencia, le darán al cuadro una apariencia de lugar.
Este tipo de cuadros no son expresamente figurativos, ya que lo que se busca es la esencia de su lugar en el espacio, expresado de una forma abstracta. Es un cuadro a caballo entre lo figurativo y lo abstracto.
La forma en la que debemos ir ocupando el papel es muy sencilla. Se trata de ir ocupando el soporte de manera regular, hay que ir tratando todo el espacio a la vez, para que siempre se vea como una obra completa.
En esta ocasión, he realizado dos cuadros diferentes, sobre soportes de color diferente. He querido experimentar la dificultad de encontrar esta voluminosidad partiendo de distintos colores, y este ha sido el resultado
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21 de Octubre
El 21 de octubre de 1908, nació en Orio, Guipúzcoa un gran futuro escultor: Jorge de Oteiza. Sus primeras obras estaban inspiradas en cubismo y en el primitivismo. Después viaja a sudamérica para estudiar la estética de la cultura precolombina y así consigue evitar la Guerra Civil. Cuando vuelve a España empieza a trabajar en el friso del apostolario de la Basílica de Nuestra Señora de Arantzazu, obra del arquitecto Fancisco Javier Saénz de OizaDespués continua con la experimentación, heredada del constructivismo, y comienza otra obra que él llamará Propósito Experimental, el cual fue presentado en la Bienal de São Paulo en 1957, donde ganó el premio extraordinario de escultura.
Poco después en 1959 llega a la conclusión de que ha llegado el final de su carrera y decide abandonar su actividad escultórica. En 1992 donó su legado a la Comunidad Foral de Navarra, y tras su muerte, en la primavera de 2003, abrió sus puertas al público la Fundación Jorge Oteiza en Alzuza, Navarra.
Lars Bo fue un artista danés, el cual fue conocido por sus obras gráficas con motivos místicos en inspirados en el surrealismo. Viajó por toda Europa hasta que se estableció en París en 1947, donde murió el 21 de octubre de 1999.